Las primeras mujeres sudamericanas que adoptaron el oficio de escribir como trabajo probablemente lo hicieron sin cuarto propio. Aún en el caso de la poeta Delmira Agustini, que tenía el respaldo de su familia para hacerlo.
Hay tres mujeres poetas nacidas a fines del siglo XIX, que alteraron la tradición de los varones poetas. Me refiero a Teresa Wilms Montt, Delmira Agustini y Alfonsina Storni. Incluso sostuvieron su hogar con los pagos recibidos por su oficio, como en el caso de Alfonsina Storni, que escribía artículos periodísticos.
En sus obras expresan el deseo femenino. Incluso viven de su oficio. Escribieron con perspectiva femenina.
La cultura machista, utilizó el término «neurastenia» como palabra clave para descalificar la obra literaria de la mujer. Para la época, si la mujer demostraba estar afectada por el agobio era una neurasténica. Entonces, el romanticismo se ocupaba socialmente de fundamentar y sostener que la incapacidad de la mujer para mantener una vida activa como escritora. Se naturalizó asín para la mujer, una sensibilidad inestable, siempre a punto de crispar. Como en la actualidad se le exigía además de ocuparse de su profesión que fuese una perfecta ama de casa.
Que la mujer se ocupara de las tareas domésticas, de cocinar, por ejemplo. Pero, para la actividad intelectual solo el varón. A Alfonsina Storni, por ejemplo, la fotografiaban cocinando. De ese modo, equilibraban su siempre ascendente popularidad retratada en una actividad propia de la mujer.
El caso de Alfonsina Storni es muy interesante porque de las tres autoras mencionadas es la que era cabeza de hogar. Madre soltera, maestra, inmigrante. En cuanto a Teresa Wilms Montt, su pertenencia a la aristocracia y poder de Chile no la beneficiaba. Fue encerrada en un convento por decisión de un tribunal familiar. Logró huir, y finalmente ancló en Europa, sin problemas económicos. Pero, a un costo demasiado alto. Y en cuanto a Delmira Agustini, aunque reconocida por la élite literaria, la historia se ocupa de su psicología, pero poco y nada se publica de su obra.
Ser mujer, poeta, escribir, aún hoy es considerado una transgresión que hay que pagar con sueldos y cargos desparejos con respecto al hombre. Aún hoy, el profesionalismo que se le exige a la mujer está sobredimensionado, siempre si efectuamos una comparativa claro está.
Alfonsina Storni, irónicamente expresó que no era feminista. El machismo se ha ocupado de reproducir esa expresión. Pero lo que se oculta es que continuó diciendo era irrelevante el voto femenino si no se era libre. Y hoy, esa libertad aún está en cuestión.
La importancia de la libertad. La libertad será por lo tanto, tema de otro encuentro.